domingo, febrero 26, 2006

Vacaciones

Palabra bastante más relajada de lo que realmente es en la práctica. Típico que uno corre más que en todo el resto del año. Yo me tomé esta semana y la verdad no sé qué se me hizo el tiempo. O sea sí, sé que se me hizo humo : /
Y el comercio no ayuda! A comienzos de febrero ya las vitrinas (escaparates) empiezan a llenarse de uniformes y útiles escolares; es como decir "disfrute de sus vacaciones, pero tarde o temprano caerá en nuestras garras, muajajaja!". Lástima, yo era de las extrañas personas que disfrutaba comprándose el uniforme y los cuadernos...

Resultó que en mis vacaciones capitalinas tuve una transformación; sólo me faltó la mecedora porque el hilo, aguja y anteojos ya los tenía: estuve de bordados. Segundo año que me gano el "pituto" de bordar nombres en cotonas y delantales de colegio, para peques entre 4 y 12 años. quedé con mis dedos bastante lastimados (aunque no porque me pinchara, porque tengo práctica después de ser la diseñadora de mis barbies durante años). Lo mejor es que gané dinero para hacer el tour por Santiago dejando currículums, e incluso para algún heladito entre medio.Pero no todo fue diversión! No, señores, también hice al menos un dibujo, para pronto hacer una actualización el el Rincón de Sherezada. L´stima que lo hice en grande y ninguno de los scanners lo sacó completo (a la izquierda habían ramas de quila). Con un programa parecido al photoshop le apliqué el efecto "carbón", y me gustó casi más que el original que es en lápiz grafito. Aquí les dejo el hada al carbón... es que el sol está tan dañino...
Cualquier semejanza con viajes a bosques de Chiloé, es pura coincidencia :)

miércoles, febrero 22, 2006

En la Jungla ... el león durmiendo está... ¿está?

No es que mis vacaciones me las esté tomando en Africa (qué más quisiera yo!), sino que un poquito más cerca. Durante enero y comienzos de febrero me volví mono trabajando en el laboratorio, para adelantar lo más posible y tomarme una semana de descanso; el problema es que como no tengo $, esta semana haré mis vacaciones en Santiago :D . Lo entrete es que el domingo hicimos nuestro Paseo Familiar Anual, y nos fuimos los tres (mamá, papá y yo) con camas y petacas (o sea no, pero casi) al Zoológico!!!
Laray laray laray
***Sherezada vuelve a saltar de emoción***

Aunque corrimos serio peligro de que nos dejaran encerrados con los monos o con las cabras, nos arriesgamos y partimos. Hace com 15 años que no íbamos a algún zoológico, y éste que no conocíamos nos hacía mucha ilusión.
Mi mamá quedó encantada con Domingo, un lobo de mar ENORME, mientras que con mi papá quedamos media hora pegados viendo a un lote de suricatas (TIMÓN!)... que bichos más graciosos! nos tuvieron que sacar a la fuerza (es que más gente también quería mirar... que molestos).
Y claro, por supuesto no pude dejar de ir a saludar a mis amigas las cabras. Y tampoco podíamos dejar pasar la ocasión de tomarnos una fotografía! (yo soy la de la IZQUIERDA):
Pero luego me encontré con otra cabra, definitivamente loca. No sé cómo llegó a subir donde estaba, lo único que entendí es que era pariente de alguien llamado Trenzas...
Y aquí hay una foto que uy! estos monitos están muy picarones! Se ponen a jugar con la reja y luego hay que censurar. Y sí, era niño.
Tomé tantas fotos que mejor no sigo publicando o no terminaré jamás. Pero le tomé a leones, tigres, pumas, ciervos, pudúes, quiques, loros, a mis papás, etc... Al único que no fotografié fue al hipopótamo - que no es lo mismo que hipotálamo-, porque estaba durmiendo bajo el agua y parecía una roca café. Súper atractivo. Otros, en cambio, posaron para la foto:
Si alguien tiene alguna petición (en cuanto a fotos, me refiero), sólo avise. Aquí los dejo con unos peces francamente RAROS. Se tendrán que operar las bolsas bajo los ojos o quedarán como Don Francisco (eran tan inquietos que no hubo manera de enfocar...).



PD1: Hagan click sobre las fotos para ver en grande.
PD2: para mi cumpleaños me gustaría mucho mucho que me regalasen una suricarta. Anoten en sus agendas...

jueves, febrero 16, 2006

Scherezade - Noche 2

Como saben, soy hija única y feliz de la vida, y ya he contado que, debido a que mis padres siempre han trabajado durante el verano, prácticamente siempre he salido a veranear con otras personas. Es así como, con ocho años, comencé a viajar a la costa central de Chile junto a mi mejor amiga de ese entonces (un año mayor que yo), su hermano menor y sus padres, que eran nuestros vecinos. Era un lugar precioso, una pequeña cabaña con dos habitaciones: una con una cama, mesa y cocina a gas, y la otra con dos camarotes. No teníamos luz, el agua había que ir a buscarla con baldes a un pozo lejano, y la letrina quedaba en el patio bajo unos pinos.
Foto: de izq a der: Sherezadita y Vero.
El patio estaba sembrado de hoyos pues los topos lo tenían de residencia permanente, y tras la cabaña todos los días nos esperaba un hermoso bosque de pinos en donde hasta una vertiente encontramos. Lo pasé estupendo, uno de los mejores recuerdos de mi infancia: salir a caminar por el bosque en busca de tarántulas (un año encontré una en el patio de la cabaña, aunque su final fue un poco trágico…), luego ir a visitar la vertiente que para nosotros fue lo máximo de lo máximo, y luego terminar viendo la puesta de sol en un cerro rocoso en medio del bosque. Claro, también había playa aunque muy lejos, pero íbamos caminando igual. Sin embargo mi predilección ya imaginarán cuál era.
Un paseo en el bosque

Por las noches encendíamos una vela sobre la mesa y comíamos de las galletas que mi mamá nos hacía especialmente. No más de dos por cabeza!, si queríamos que duraran las dos semanas. Conversábamos de lo que habíamos visto durante el día, y luego todos nos íbamos al único dormitorio, nos metíamos en nuestras respectivas camas (yo siempre en la de arriba!) y la tía Vero comenzaba a contarnos cuentos. Había leído Las Mil y Una Noches y su repertorio de historias –hermosas todas- llegué a pensar que era infinito. Eso sí, no recuerdo que hayan sido ambientadas en el oriente, más bien creo que hacía adaptaciones especiales para su público que iba entre los 6 y 9 años, lo que se agradece. Así es como conocí por primera vez a Scherezade, encarnada en la mamá de mi amiga y sin saber en ese entonces su nombre. Sólo sé que desde ese momento quise leer el libro.

Shere, tía Vero, Angelo y Vero

Por una suerte inmensa, el papá de mi amiga Vero era –y sigue siendo- aficionado a la fotografía, tanto que contagió a mi papá y creo que también me influenció, y tomaba muchas fotografías y me regalaba las que quisiera, siempre con una leyenda al reverso a modo de diálogos correspondientes a cada foto.

Al año siguiente, buscando tarántulas (Shere, Angelo y Vero)

Cuando yo tenía 12 años seguía jugando con mis muñecas; mi amiga Vero ya coqueteaba con sus compañeros del colegio y poco después comenzó a pololear. Al principio yo la acompañaba en sus encuentros furtivos pues los pretendientes le regalaban mucho chocolate, e –inexplicablemente!- a ella no le gustaba mucho y me los regalaba casi todos… qué recuerdos aquellos!!! :D Luego ya nos separamos definitivamente; yo seguía jugando y ella seguía saliendo con chicos. Finalmente ya no nos juntamos más, aunque la relación con toda la familia siguió siendo muy estrecha. Yo tendría unos 15 años cuando se cambiaron de casa y no supimos más de ellos. Hace 8 años llegamos a la que es nuestra casa actual, y el año pasado nos volvimos a encontrar con los tíos. Resultó que viven muy cerca de nosotros, otra vez, y para celebrar tamaña coincidencia nos juntamos un par de veces. En una de esas visitas estaba mi vieja amiga junto a toda su familia: se casó y tiene 3 hijos, la mayor de 6 años y es muy parecida a ella. A su hermano no lo vi pero supimos que también se casó y ya tiene un bebé.

Y hace un par de semanas volvimos a encontrarnos con los tíos y nos reunimos otra vez a recordar viejos tiempos.
Y yo leyendo Misery y el “complejo de Scherezade”, y luego la feria del libro y Las mil y una noches que aún no logro tener (aunque sí leer algunos tomos), y luego la visita de quien encarnó a Scherezade durante los tres años que fui de vacaciones con ellos… en fin, que me he acordado muchísimo de cómo comenzó todo, allá, hace una tonelada de años.


Según nos contaron, hoy el bosque está cercado, es privado y el paso está prohibido; llegó la electricidad y el alcantarillado, y se ha llenado de nuevas y más lujosas cabañas. Nada es igual, pero los recuerdos siguen ahí, incorruptibles por el paso de los años.

Fin de la Noche 2.

martes, febrero 07, 2006

Teléfono!

SHEREZADA: Aló?

SOLANGE: ¡Bruja! hola, soy yo. Mira, voy a llamar a mi amigo X que no veo hace años - es buen mozo y está terminando medicina- para invitarlo a conocer mi casa. Y de paso tú también vienes y así se conocen. dame cinco minutos. que lo llamo y te devuelvo el llamado para ver cómo nos fue.
SHEREZADA: ehhhhhrrr... ho..la..?
...............................ooo.................................
SOLANGE: Aló! oye, nos fue maoma no más... no pude hablar con él porque salió... con su polola... Bueno bruja, cúidate y un día de estos volvemos a hablar.... Sabes? estuve pensando; voy a dejar de comportarme como Celestina, porque me estoy dando cuenta que en las películas es el papel más detestable.... Chao!
SHEREZADA: ¡¡PLOP!!

PD: últimamente todo el mundo (o por lo menos la decena de personas que me rodea) está excesivamente preocuipado por que encuentre pololo pronto. Y yo me pregunto... ¡¡¿¿POR QUÉEE??!!

lunes, febrero 06, 2006

Scherezade


Scherezade me ha inspirado esta noche, y creo que no será el último post acerca de ello.

Hoy estuve toda la tarde navegando por mobtañas de libros, porque fui al último día de la Feria del Libro Usado. Hace años de años que no iba, porque sólo me enteraba cuando ya había terminado; una pena, teniendo en cuenta que esta feria anual fue mi Primera Fuente de Adquisiciones Literarias, cuando comencé a armar mi pequeña colección de libros. El lugar fue muy agradable: en los patios interiores de una antigua casa patronal que ahora es un campus universitario. Y hubo muchos más expositores que la última vez que recuerdo (hace no menos de diez años!)
Mi botín: 6 libros, uno de los cuales leí en el colegio y que me encantó ("Nuestras Sombras"), y un par de tomos de un libro de Ann Rice que ahora -al desenvolverlos y leer el resumen de la contratapa -, más que de momias malditas del antiguo Egipto parece ser algo así como "las locas y ardientes noches de una momia vieja y arrugada pero gozadora" (***carcajadas de mi mamá y mi papá por montones***)
Lástima que no encontré un par de libros que quería, aunque pregunté los precios y no me habría alcanzado ni para el prólogo de alguno de ellos... en fin.
En uno de los puestos pregunté por unos tomos de Las Mil y una Noches, pero también se salían -mucho!- de mi presupuesto y además faltaba uno de los tomos; sin embargo quedé fascinada con los ojos del vendedor (sólo de los ojos!! podría ser mi padre... y con gusto se los habría heredado! XD): eran de un color amarillo-dorado, espectaculares.
Y para seguir en la onda, estoy leyendo Misery de Stephen King, en donde el escritor protagonista está transformado en Scherezade (aunque sin velo ni Sultán durmiendo en su hombro...¡!) obligado por las circunstancias que lo rodean, al tener que escribir un libro que no quiere... me tiene con los pelos de punta, peor que cuando vi la película hace años! Como dice mi amiga Solange: un libro verdaderamente suspensante.

...ya me dirán si les parece coincidencia que estas últimas semanas Scherezade me esté saliendo hasta en la sopa;
por ahora, fin de la noche N°1.

miércoles, febrero 01, 2006

Sequía mental

Qué onda?!

Creo que lo de ser una persona tan normal se me está volviendo maldición… tanto que me he demorado una semana buscando cinco manías extrañas…!
La verdad no es tan así, mejor dicho coincido con muchas de las que han hablado en los blogs (y qué manera de expandirse esta cadena, peor que una reacción en ídem!), y se me hacen casi naturales. Ejemplos?: jugar con mi cabello, tener palabras muletillas (aunque las evito!), hacer siempre mi cama por la mañana, anotar casi todo, andar siempre con algo en la mano o con bolso o mochila, mirar tras la cortina de la ducha, etc…

Ahora veremos qué pude lograr luego de meditar profundamente el tema con la almohada y unos cuantos viajes en micro hacia el laboratorio…

  1. Libros. Jamás miro siquiera de reojo lo que dicen si aún no he llegado a esa página. Y cuando son de suspenso es peor, con una mano voy cubriendo la hoja y sólo voy leyendo línea a línea, para no detectar alguna palabra que delate lo que viene a continuación. Imagínense cómo sufrí cuando en el colegio debíamos pasar del capítulo 5 al 24 del texto de apoyo, siendo que teníamos 9 capítulos sin mirar!! Enfermante, verdad?
  2. Volada. Siempre ando en la Luna, en Ganímedes o en cualquier otro sitio (por cierto, a varios de ustedes les mandan saludos); si me preguntas qué hay en el asteroide AS115, te lo puedo decir con pelos y señales, o por lo menos inventar. Pero cuando alguien comienza a hacer una historia superfantástica de su futuro, o del mío, o del nuestro, lo agarro y le pego los pies a tierra peor que con agorex. Lo siento, a la hora de inventar pídeme lo que quieras, pero en cuanto a vivir, soy uno de los seres más aterrizados que existe. Sí, a veces me caigo terriblemente mal (soy una pesada mata sueños!)
  3. Peliculera a morir. Fanática de las películas que me gustan. Puedo verlas 100 veces (de hecho sospecho seriamente haber visto unas cuantas esa cantidad de veces), y no me aburro. Sé que esto no es nada del otro mundo, pero me siento terriblemente RARA cuando mi papá me mira y le sale una risa media nerviosa mientras veo esas películas. Antes de tener video o de que aparecieran los DVD, llegaba a grabar las películas en casets de música y luego las escuchaba como radionovela, me sabía los diálogos casi completos… Un diazepan, por favor.
  4. Lápices. Me encantan. Y me encanta escribir y rayar. Cuando pequeña tenía una letra horrible, pero yo juraba de guata que era preciosa. Luego me di cuenta de la dura realidad y años de años me la pasé escribiendo libros casi completos con tal de mejorar la letra. Ahora estoy conforme, pero los lápices (lápices pasta, plumas, grafito, portaminas) y el escribir siguen siendo uno de mis placeres. Y hacer rayas y cosas extrañas… tan extrañas como un símbolo que desde que recuerdo siempre hago, y hace poco supe que lo hacía mi abuelo para marcar las maderas con las que trabajaba. Lo curioso es que ni mi mamá conoció a mi abuelito pues murió como hace 40 años…RARO.
  5. Cantar. Mejor dicho, tararear melodías conocidas o inventadas. Una manía sin duda heredada de mi mamá, que cada vez que hace algo como limpiar o lavar los platos, está tarareando alguna canción. Esto sí que es loco, porque yo de cantar, ni en la ducha (no porque no me guste, sino por respeto al resto de los mortales). PD: si vienes a mi casa, trae tu propio par de tapones para los oídos. Nadie aquí se querrá deshacer de los suyos para prestártelos.

Y como ya veo que esta cadena se ha hecho masiva, les dejo la tarea de escribir sus cinco manías a ustedes cinco, SÍ, A USTEDES!, que aún no nos han contado esas cosas tan raras que hacen...
Y con su permiso, los dejo rumiando estas manías pues yo tengo que correr o los camilleros me alcanzarán…!