martes, diciembre 14, 2004

Desde algún lugar...

Las cartas están echadas. Acabo de rendir el último exámen y no tengo idea si me alcanzará la nota para a probar el ramo.
Pero ya me relajé, esto es genial.... apenas siento mis extremidades (mmm, sólo espero poder llegar a mi casa!). Estoy en el trabajo pero es como si no estuviera, me siento flotando en el limbo.


(Aló, Houston?, me copian? Sí, creo que hemos perdido gravedad)

El viernes me inscribí para dar el examen de grado y licenciarme. Las cartas están más que echadas.

Qué noche más odiosa tuve, de esas en que tratas de repasar todo lo que has estudiado y no puedes dejar de resolver ejercicios que a esa hora no tienen ni pies ni cabeza. En este punto, es un alivio escuchar el despertador y tener que levantarse.
-Cállate, tonto, relájate un rato!
Nada...
-Que me tengo que levantar en... veamos....una hora!
Nada...
Este es el diálogo que establezco con mi cerebro cuando le da por hacerme estas cosas, y últimamente me ha estado haciendo caso (cosa que jamás habría pensado posible) sin embargo anoche "Nada" fue su única respuesta. Y sé lo que viene ahora: esta noche me recordará que mañana debo ver la nota y asumir las consecuencias.

Y ahora con su permiso, me retiro para seguir vegetando frente al computador del trabajo (Ups!, acaba de pasar la Jefa, por poco y me reactivo).
Sí, lo sé, si Giorgia leyera esto de seguro me diría "Pero mujer, deja de dar jugo!
Ya lo ves, Giorgia, te hago la competencia!!