domingo, febrero 20, 2005

Dos

Hace aproximadamente un año, en la televisión dieron el caso de una pareja que no se pudo casar por el civil debido a que tenían ciertos problemas de orden mental. La joven, a los quince años, vio frente a ella cómo un camión daba muerte a su madre, y desde entonces ya no fue la misma. El novio, al parecer nació con algún tipo de retraso. Finalmente después de un año de lucha, el mismo juez civil que les impidió casarse la primera vez, los tuvo que unir en matrimonio frente a las cámaras. Tal vez no tengan una gran capacidad intelectual, pero nos superan en su forma de irradiar amor, de mostrar lo que sienten, con una sonrisa limpia como de niño en Navidad.
Claro, es obvio pensar en la preocupación de que vayan a engendrar hijos de los que después no se puedan hacer cargo por ejemplo, pero vamos, hay formas de control de la natalidad. Entonces ¿quién puede impedir que dos personas quieran estar el resto de su vida juntas?

Mi tía Maye nunca pudo tener hijos, de manera que junto a mi tío se prepararon para adoptar una guagüita. Mientras estaban en eso, por cosas del destino mi tía comenzó a preocuparse de un niñito de 7 u 8 años que estaba en el hospital, preparándose para una de las 9 operaciones que tendría en su vida debido a haber nacido con labio leporino y paladar fisurado. Debido a que de pequeño no pudo alimentarse bien (ya que la leche le entraba por la boca y se le salía por la nariz), también presentaba una pequeña deficiencia mental, aunque no invalidante. Haciendo el cuento corto, cuando yo nací, mis tíos habían adoptado legalmente hacía poco a este niñito que ya contaba con 12 años. Mi primo Jaime no habla muy bien debido a malformaciones que las operaciones no lograron corregir al cien por ciento, ni tampoco tiene mucha facilidad para los números ni las letras, pero es muy trabajador y un buen hombre (que ya está cerca de los 40 años). Hace aproximadamente un mes se casó con Carmen, una mujer trabajadora, sencilla, completamente normal y con quien convivió durante 4 años en la casa que mi primo obtuvo gracias a su esfuerzo. Mi tío de seguro lo observó con alegría desde arriba, y mi tía vio uno de sus sueños cumplido. Y nosotros -su familia- estuvimos ahí, felices de poder acompañarlos en un momento tan especial.

Aquí les dejo unas fotos que nos trajeron hoy, tomadas en el patio de su casa mientras celebrábamos el matrimonio.



Arriba: los novios. Abajo: mi papá (muuuy bronceado), yo, mi mamá y mi tía Marina.


Los novios y mi tía Maye.

2 Comments:

Blogger Trenzas said...

Que guay..! Me encanta cuando podemos ver triunfar en la vida a la buena gente. Triunfos que compensan de tanta incomprensión e indiferencia. Me alegro tantísimo como tú y estoy segura que todo en la vida les va a sonreír.
Un gran abrazo para ellos y para tí.

10:25 a. m.  
Blogger Don_Tiresias said...

Coincido con Trenzas. La alegría de ver triunfar a gente que vale la pena es enorme, y más siendo que (lamentablemente) no es algo tan habitual como debería ser. Me alegrto mucho por ellos y por vos Sherezada. Espero que sean felices todos, ellos como matrimonio, y uds en general, como familia.

Saludos

5:16 p. m.  

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