lunes, marzo 21, 2005

Aló??

Hoy nos ha pasado algo insólito.
Fui a la universidad a una clase que me interesa tomar como oyente (ahora que soy licenciada, ejém). El profesor, bastante simpático, pero tirano en cuanto a hacer y hacer clases sin siquiera 5 minutos de recreo para un café. Una de las alumnas decidió irse
antes de que la clase finalizara, pero las risitas comenzaron cuando, por más que luchó contra la puerta, ésta no se abrió ni a cañones. A las risitas las siguió la sorpresa e incredulidad general, incluyendo al profesor
... la puerta no quería abrirse...
Y el pánico cundió por la sala cuando llegamos a la dolorosa conclusión de que nos habían dejado encerrados, con llave por fuera. Creo que muchas de las mujeres entraron en shock por el simple hecho de pensar que se quedarían encerradas, mientras que los hombres descendieron a su condición de bestias (no les costó mucho, la verdad) al pensar que no tendrían hora de almuerzo.
Gracias a la tecnología (nuevamente), pudieron llamar por celular a una de las secretarias de la facultad para ROGARLE que nos fueran a liberar de nuestro cautiverio.
A los 15 minutos llegó un auxiliar y abrió la sala. En ese momento el profesor terminó la clase y el tropel de alumnos salió casi arrancando (la mayoría derechito al casino).

No me quedó claro si la clase habría terminado realmente a esa hora, de no haber sido porque estábamos encerrados. Lo que sí sé es que cada día aprecio más a los teléfonos celulares.

8 Comments:

Blogger Trenzas said...

Bufff..! Menuda experiencia. Creo que me da más miedo pensar que puedo quedarme encerrada con mucha gente que sola (siempre que lleve mi teléfono claro)
La próxima clase hazte copias de las llaves, por si las moscas.

10:37 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Bueno, siempre se le puede buscar algo interesante a las cosas. Quién sabe qué podría haber ocurrido si nadie hubiese contestado a las llamadas. Si el mundo de fuera hubiese desaparecido. Si la única realidad que quedara fuese esa clase, ese profesor y ese grupo de alumnos.
Y yo mejor me callo, porque la hora que es está haciendo estragos en mi mente, ya de por sí, bastante distorsionada.
Un beso desde la Semana Santa de Sevilla.

10:35 p. m.  
Blogger Don_Tiresias said...

No estoy muy de acuerdo con los celulares, aca, son una plaga, hay mas celulares que gente. Para lo unico que sirven son cosas importantes como pedir chocolate al delivery.

Saludos de parte del futuro ganador de a guerra dulce ( o sea yo).

11:59 a. m.  
Blogger Sherezada said...

Ahhhh, y vamos a seguir con la dulce guerra de los chocolates....no fue bastante haberme mostrado en vivo y en directo cuántos chocolates ya te habías comido?? Bueno, Don Tiresias, entérate que ahora viene en camino una caja con huevitos de chocolate, ENTERA MARA MÍ!!!!

Un beso, y SIN chocolate, que ya tienes mucho.

Sherezada

1:15 p. m.  
Blogger Trenzas said...

Hola, bicho..! Saluditos de mi family que te ha leído con placer.
A tiro de ordenador como siempre.
Besote, preciosa.

5:39 p. m.  
Blogger Trenzas said...

Ah! y que dice mi sobrino que menuda suerte, que aquí solo tenemos Hot-wheels y que no sabe porqué te quejas.
¿porqué te quejas..?
:))

6:39 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hace días dejé un comentario aquí, pero parece que también se lo ha llevado el viento. Más o menos decía:

Hace años me pasó lo mismo: la puerta del aula se cerró y no se podía abrir. Pero entonces no había celulares [¿cómo podíamos vivir sin ellos?] y nadie podía venir a abrirla.
Uno de los alumnos la abrió de una hermosa patada. A veces la condición de bestia de unos puede ser de gran utilidad para otros.

PD: ¡Ya, son pocas esas veces!

6:07 a. m.  
Blogger . said...

Aunque no lo creas a mi me paso algo parecido a principios de mes.
Te remito mi post por si tienes curiosidad (es que no me apetece repetir el post ya que es muy largo)

http://troya.blogspot.com/2005/03/la-anecdota-del-da.html

9:30 p. m.  

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