Tonterías
En el laboratorio aprendí a diferenciar los distintos tipos de semilla, por lo que ahora debo re-revisar todas las muestras ya separadas para clasificar las semillas de distintas especies. Al comienzo, claro, feliz porque había aprendido algo que la Ceci necesitaba para tener datos más completos, pero al finalizar el día ya estaba con una tortícolis tremenda por culpa de estar agachada durante 8 horas, mirando unas muestras pequeñísimas, y sentada en un piso casi tan alto como el mesón de trabajo. Hoy, al sentirme otra vez dolorida al sentarme frente a las muestras, en un arranque de inteligencia extremo me bajé del piso y lo cambié por la silla común y corriente en donde siempre dejo la mochila. En ese momento deseché la idea de poner una caja sobre el mesón y bajo la bandeja de las muestras para no tener que agacharme.
En la micro de vuelta a casa volví a pelear con el cable, hasta que en un ataque de hastío hice un gesto de negación con la cabeza. En ese preciso instante, cuando me incliné hacia el lado del audífono malo, ¡milagro! comencé a escuchar por él. Y así, continué media hora sentada con la cabeza inclinada para no perder la experiencia sublime de escuchar en estereo. Cuando la tortícolis comenzaba a tomar fuerzas y llevaba un buen rato tratando de explicarme por qué veía todo chueco, opté acomodar el cable con la mano y enderezar la cabeza.
Sí, sí, me haré ver. Y por la tortícolis también.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home