El tiempo pasa...

... nos vamos poniendo viejos...

No sé si me excedí en la cantidad de alpiste y pan que dejé cerca del nido, o es que estos polluelos son producto de mutaciones genéticas debidas a la contaminación ambiental. Lo cierto es que el doming por la mañana los dos chincolitos volaron del nido y no volvieron más; aún no sabían volar y hay uno que desapareció (y sospecho seriamente de un gato que se andaba paseando por la calle), mientras que el otro esperaba tranquilamente sobre la rama de un arbusto a que la madre le trajera comida, y eso que está del mismo porte (si no más grande) que la progenitora. Hoy ya no ví al polluelo en nuestro jardín, pero la mamá y el papá han estado haciendo guardia en el jardín de la vecina, así que me imagino que el lindo andará por allá. La única diferencia con los padres es que el polluelo es gris oscuro y aún no tiene el moño sobre la cabeza; a mi me tinca que la chincola engañó al chincol con un mirlo o un tordo, porque el polluelo es un Arnold Schwarzenegger versión avícola, y hasta tiene cara de “hasta la vista, baby”. ¿No me creen? Aquí les dejo algunas fotos para que lo comprueben:
Uy! si tiene una cara de ¡quiero comida YAAAAAA! que ni les cuento. La mamá estuvo todo el día domingo cuidándolo desde un arbusto cercano y trayéndole comida, mientras él retozaba tranquilamente bajo el sol de la tarde.
La mamá, o fue infiel o la engañaron en la maternidad y le cambiaron los hijos, porque por tamaño parece la hermana menor del polluelo... Pero bueno, que en cosas privadas yo no me voy a meter.

Y la foto que les quedé debiendo de la Titulación: aquí se las dejo, en el momento que recibí mi título de manos de la nueva jefa de carrera. El diploma de Licenciatura está bajo el de Título, de eso me aseguré :DDDD
Y ahora me voy de gira por los blogs, que estoy mucho con los pájaros y con esto de la gripe aviar me dio urticaria...