martes, mayo 24, 2005

Voy y vuelvo

Dentro de unas horas sale el bus hacia Chiloé, y estoy juntando las últimas cosas que me faltaban por echar a la mochila. Ahora vamos a otra cabaña, en un pueblo súper lindo y típico del sur. Sólo espero que nos encontemos otro fantasma tan entretenido como don Vitaliano (lo echaremos de menos!!), y si hay ratones, que al menos respeten nuestras horas de sueño. dentro de una semana estaré de vuelta, ahí les cuento cómo nos fue. Les daré vuestros saludos al Trauco.

PD: ayer compré mi primera crema anti-arrugas. Comienzo a penzar que ya terminó mi adolescencia... :DDDDDDD

domingo, mayo 22, 2005

Dobles y triples, todas identificadas!

Anoche, en un rato de ocio (entre 2 y 3 de la madrugada… ya contaré por qué no tomé el libro que estoy leyendo para conciliar el sueño), me puse a revisar en el Google qué aparecía sobre mí. Si bien es cierto soy bastante famosa (*JUASJUASJUAS*), no me esperaba tantos links con mi nombre. En realidad no se refieren a mí más que en un par de ellos (listas de cursos y esas cosas), y todo el resto se lo reparten una gimnasta y una de las integrantes de La Granja VIP, que se llaman igual que yo. Pero también busqué por Sherezada, y si bien hace un tiempo me aburría de tanto motel y suite con ese nombre, ahora me sorprendí al ver mis propios comments y algún post de mi propio puño y letra. Yo pensaba que no era tan fácil que un blog apareciera en el buscador, pero ya veo cómo me equivocaba. Pero no soy la única, hay al menos otras dos Sherezadas en el mundo bloggero, y aunque de primeras me dio una especie de pica grande (entiéndase rabia, enojo) la verdad es que no tengo por qué alegar, pues yo encabezo la lista de plagiadores del nombre, me imagino. Es más, las felicito por conseguirse tan hermoso seudónimo, se ve que son muy inteligentes :DDDDD

Pero eso no es todo: encontré que en una página se hacía alusión al sitio “el rincón de Sherezada” diciendo que ahí se encontrarían cuentos de hechiceros. OHHHH, me dije "si no se refieren a mi sitio me lleno la cabeza de trenzas tipo afro". Ya se imaginarán que estoy pensando por dónde empiezo a hacerme las dichosas trenzas, pues me di cuenta de que NO se referían a mi sitio ni a mi cuento inédito. El sitio del que se hablaba es el rincón de Scherezada (con una C más, acercándose al original), y es bastante bueno, si quieren leer historias.

En fin, que si algún conocido le da por buscarme, encontrará fácilmente mi blog y de seguro se verá en algún post, lo que a mi espíritu perseguido y paranoico no le simpatiza en absoluto…creo que en el futuro evitaré comentarios muy comprometedores, así como nombres personales y ciudades…(sí, claro, seguiré al pie de la letra lo que reza en el encabezado del blog… a ver cuánto me dura!)

Y ahora con su permiso, me voy al registro civil a cambiar de nombre y a la peluquería a que me peinen, que de trenzas ya tengo bastante en “Una carta para ti” y “Trenzas y rastas”.

Sherezada, no la primera ni la centésima, pero sí la ÚNICA
;DDDD

viernes, mayo 20, 2005

21 de Mayo

Mañana 21 de Mayo recordaremos el Combate Naval de Iquique, en donde Arturo Prat perdió la vida al saltar desde La Esmeralda al buque peruano Huáscar, y a quien recordamos como héroe nacional. Sin embargo, los ánimos no están para celebrar las glorias navales, pues todo Chile sufre la pérdida de más de 40 conscriptos del ejército que, a un mes y medio de haber sido reclutados para el servicio militar obligatorio, se han perdido en la cordillera. Eran más de cien soldados los que subieron a la montaña, entre ellos algunas mujeres voluntarias, y en su gran mayoría sólo chiquillos de no más de 19 años, que en muchos casos ni siquiera conocían la nieve. Más de la mitad logró llegar a distintos refugios, pero hay 13 fallecidos confirmados hasta ahora, y más de 40 siguen sin aparecer. Dicen que el "viento blanco" tiene gran parte de la culpa, aunque cabezas de altos mandos han comenzado a rodar. Los que faltan por ubicar llevan casi 72 horas allí, sin la ropa totalmente adecuada y quizás si alguno aún está despierto.
El Ejército lo siente, el Gobierno ha decretado tres días de duelo nacional, los canales de televisión tienen reportajes especiales... nada de eso llega tan brutalmente al corazón como la imagen de ese gimnasio del ejército repleto de familiares en angustiosa espera, viendo cómo algunos de los conscriptos llegan y se abrazan a sus familias con lágrimas en los ojos, y los hijos y hermanos propios siguen sin aparecer.
Ahora van quedando menos, cada vez menos, perdiendo poco a poco la esperanza junto con los copos de nieve que siguen cayendo y que complican aún más la labor de búsqueda.

Mañana no recordaremos sólo a un hombre, sino a todos aquellos que han sido mártires de la patria, esos soldados desconocidos que sólo son números, porcentajes y bajas en los documentos oficiales. Cada uno de ellos es parte de esta imagen. Rezamos por ustedes.

jueves, mayo 19, 2005

Ahora sí que sí

Eeeehhhhhhhhhhh!!

Al fin vuelvo al cibermundo como antaño!!! El PC no había sufrido un daño tan severo como me había imaginado, y el portátil, aunque no me permite conectarlo a internet por problemas con el windows, al menos lo tengo en mi poder. A los de SONY no los quiero volver a ver en mi vida, así que acepto con gusto cualquier afán guerrillero ofrecido por Trenzas la Intrépida. Todo esto me ha servido para corroborar mi hipótesis de que tener un pololo que entienda de computadores (de preferencia que sea técnico en computación) me saldría bastante más económico. Si no me puede arreglar un computador, al menos tendrá dinero para comprarme otro (porque con lo que cobran, no podrá decir que no tiene con qué).

Y contestando ciertas dudas:
1.NO, Cristian no se parece a Leonardo Di Caprio (si no, creen que estaría alegando? :D)
2. Toda la razón, Trenzas. La idea era ir contando de a poquito todo lo que viví (es que me quedan tantos detalles en el tintero!!), pero como no sabía hasta cuándo andaría desaparecida de los PCs, mejor lo largué todo altiro.
3. Ya no me pica la cabeza, aunque estuve unas 3 semanas mirándome frente al espejo cada cinco minutos, por si veía algo extraño.
4. Don Vitaliano, aunque muerto, se nos portó bastante bien. Nos estamos repartiendo el material para escribir su historia, aunque creo que tendremos problemas con lo de conseguir su firma para la publicación. Al parecer, sólo podremos hacer su Biografía no autorizada.

Ah, aquí les dejo algunas fotos como adelanto de mi viaje a Chiloé. Fueron tomadas por Cristian, que llevó su cámara digital (apenas revele las mías, se las muestro). El martes nos vamos de nuevo al sur (sí, estoy que me muero de tristeza... :D), por lo que –para variar- estaré desaparecida por estos lares... creo que debo aprovechar estos días que me quedan en Santiago...

Ahora quiero contar algo que vi y que me sorprendió gratamente la semana pasada: iba yo en la micro de vuelta a mi casa, y por la esquina de enfrente iba doblando un camión de carga. En eso, el chofer se da cuenta de que un perrito callejero quería cruzar la calle pero que al ver al camión, se quedó quietecito y con la cabecha gacha, esperando a que el camión pasara. Entonces el chofer dejó de hablar con su acompañante, sacó la mano izquierda por la ventana y como si se dirigiera a una persona, le hizo señas al perro para que cruzara por delante de su camión. El perro lo miró, y cruzó rapidito hasta la vereda, mientras que el chofer reanudaba su conversación como si nada con su acompañante y doblaba la esquina. Encontré tan linda la escena, que me dije “esto lo tengo que compartir”. Ahí se los dejo.

Ahora, me voy a poner al día con los blogs amigos, que lo escrito es mucho y el tiempo es poco.

miércoles, mayo 11, 2005

De vuelta!

Llegué!! Bueno, hace más de una semana que estoy de vuelta, pero sólo ahora he tenido tiempo y acceso a un computador como la gente (o por lo menos que funcione).
El viaje a Chiloé fue estupendo, cansador pero valió la pena. Estoy haciendo un álbum para mostrarles las fotos, ya les avisaré. Ahora acomódense, que la bitácora del viaje no es corta:

Santiago nos despidió haciendo todo el show posible: se largó a llover con truenos y relámpagos, sin haberle avisado ni a los meteorólogos (aunque creo que ellos jamás se enteran de nada). En los 500 metros que corrimos con mi papá desde el paradero hasta el terminal de buses, nos mojamos tanto que incluso pensé en ponerme mi traje destinado para terreno. El viaje de 14 horas lo hice junto a la doctora (Ceci) y dos biólogos ya egresados de otra universidad (Martín y Cristian). Lo mejor del camino fue sin duda el atravesar en barco hacia la Isla Grande de Chiloé. En Puerto Montt nos embarcamos con bus y todo hacia Ancud, en la isla; media hora de viaje, en donde subí a la proa junto a Cristian, buscando en vano algún Leonardo Di Caprio disponible. Luego de los 30 minutos sólo conseguí estar congelada hasta los huesos y con dolor de oído por el viento (a pesar que el día estaba como de verano), pero la vista era maravillosa: inmensas medusas brillaban bajo el mar, y muchos lobos marinos con complejo de delfín nos acompañaron durante todo el trayecto.
El día que llegamos fuimos a la Senda (“Senda Darwin”) para recoger lo que necesitaríamos, y luego fuimos a juntarnos con la Vivi, una dueña de casa chilota que ayuda a la Ceci cada vez que va a terreno. Después nos fuimos los cinco hacia los cerros arriba del Zancudo (camioneta 4x4 de tremendos neumáticos con la que hasta cruzamos un río) hasta una localidad llamada Melleico, cuya escuela básica consta con la no despreciable suma de ocho alumnos (sin incluir mascotas). La cabaña que nos acogería tenía al vecino más cercano en el siguiente cerro, y aunque la Ceci me dijo que no era un hotel cinco estrellas, creo que el calificativo de “cabaña habitable” ya le quedaba grande: no tenía luz (se habrían reído mucho de mí de haber llevado el alisador de pelo); no había baño, sino que letrina (traducción: un pozo séptico fuera de la cabaña, con gotera incluida); no había más agua que la obtenida a través de una manguera que venía de una vertiente cerro arriba y que llegaba hasta el lavaplatos; al llegar y abrir la puerta, ésta literalmente se nos cayó encima, y en la noche los ratones hacían tremendas fiestas en la cocina-comedor. Lo bueno es que la dueña de la cabaña había cambiado la cocina (estufa) a leña (que al parecer ya estaba mala) por otra que realmente calentaba.
Los siguientes días salíamos de la cabaña a las 9 y volvíamos como a las 16:30hrs, embarrados de pies a cabeza. Todo el día estábamos subiendo por cerros y quebradas hasta los lugares fijados para hacer los experimentos, incluso arrastrándonos como gusanos cuando los arbustos o troncos caídos no dejaban más de 60cm de espacio entre ellos y el suelo. Jamás pensé que el bosque sureño tuviera tanta similitud con el tropical: claro, por la humedad las enredaderas y lianas estaban por todos lados, y por suerte, porque muchas veces sólo de ellas dependió que yo no me sacara la cresta!! Afortunadamente las sanguijuelas eran de un tamaño más bien pequeño, y aunque tuve que defender mi sangre de un par de ellas, no lograron picarme. Pero ese verde intenso de la vegetación me deslumbró, cada día me enamoro más del sur de Chile, esos árboles de más de un metro de diámetro, sus troncos llenos de musgos y enredaderas que terminan en las formas más extrañas y colores más deslumbrantes...
Y me enamoré perdidamente de los chucaos (o “Chucky”, como les puso Martín), pajaritos gordos, de pecho naranjo y azul y curiosos en extremo, se nos acercaban y nos seguían para ver qué estábamos haciendo; además tienen un canto precioso.
Una de las cosas que más me complicó en terreno fue tratar de caminar con el barro hasta las rodillas, las botas se me quedaban pegadas y a ratos me tenía que sujetar de lo que fuera para no caer completita al barro, y claro, cuando debíamos subir y subir por más de una hora en esas condiciones, las raíces y lianas eran la salvación. De bajada era lo mismo, sólo que para mayor seguridad (y a veces por fuerza) la mayoría de las bajadas las hice sentada, perdiendo el poco “glamour” que todavía me quedaba :D
Me dio tanto gusto andar por ahí, donde nadie más (salvo los que han ayudado al proyecto) han estado, porque el sendero que utilizamos fue hecho hace un par de años por la Ceci y la Vivi a punta de machete. Ellas eran las guías, pues a ratos nadie imaginaba por qué parte continuaría el camino.

Luego, de vuelta en la cabaña, a secar la ropa en la cocina y a almorzar. Sí, porque si algo no faltaba era comida. Ahora sí me sentí como el mejor de los hobbits, pues el desayuno eran DOS desayunos de los normales: leche, yogurt, cereales, plátano, y luego té o café con pan, jamón, paté y huevos de campo revueltos. Y para el medio día llevábamos dos sandwich para cada uno con queso, jamón y tomate, además de galletas y chocolate, que por supuesto llevé yo. Cuando llegábamos todos ayudamos a la Vivi a cocinar (que cocinaba exquisito), y comimos salmón al horno, porotos, fideos, salchichas, papas, uf!, y unos platos que tuve que pedir fueran un poco más pequeños para mí, porque no era capaz de comer tanto.

Ahhh, y los detalles sabrosos: todos los días debimos luchar para tener agua en la casa, pues la manguera era desconectada de la vertiente por vacas, caballos, ovejas, zorros o chanchos, o había que parcharla porque ratoncitos hambrientos habían cambiado su dieta a plástico, o derechamente la llave se iba a huelga. Por la noche ya dije que los ratones hacían fiesta, y no negaré que me aterraba que a alguno le diera por ir a invitarme (además yo dormí en el suelo, junto a un hoyo en la pared que me daba una espléndida vista cerro abajo, y que era igualito a la puerta de la cueva donde Jerry se esconde de Tom). Y claro, no nos bañamos ni lavamos el pelo en una semana, porque nadie más que la Ceci se atrevió a meterse a un río con agua congelada a las 7 de la tarde del quinto día.
Los días por suerte no fueron tan lluviosos ni fríos, aunque el día en que viajé de vuelta a Santiago nos despertamos con un temporal que comenzó a las 3 de la mañana, y desde las 11 de la mañana hasta las 3 de la tarde tuve que recorrer todo Castro (pueblo de la isla desde donde salía el bus hacia Santiago) con temporal, para aprovechar de conocer y hacer hora hasta que mi bus saliera a las 15:45. Me vine sola porque Cristian viajó el día anterior y la Ceci con Martín se vinieron al día siguiente viendo la posibilidad de comprar un terreno para construir una cabaña “como la gente”, y dejar de arrendar la “covacha”, como fue bautizado nuestro refugio.
Y como ahora en Mayo deben ir de nuevo a Chiloé, ya estoy en la lista! Eso sí, al parecer arrendarán una cabaña en un pueblo cercano, con los servicios básicos y sólo a media hora más lejos del lugar de estudio.


PD: no me encontré con el Trauco (o por lo menos no que yo recuerde...), pero la covacha tenía un fantasma propio (el finado don Vitaliano) que nos dio muchos momentos entretenidos. Estamos en plena construcción de su leyenda a ver si algún día logramos hacerlo famoso, aunque su padre no se quedó atrás pues nos hizo jugarretas en pleno bosque, donde luego supimos que murió... uhuhuhhuhuhuhuhu!!!
PD2: mi mamá aún cree que tengo piojos en la cabeza. Es que más de una semana de vuelta en Santiago y todavía siento como si no me hubiera bañado en meses. Pero insisto, si me pica la cabeza es sólo por efecto psicológico.
Ya pueden descansar que he terminado. Recuerden moverse de a poco, que los calambres son muy desagradables...